miércoles, 24 de enero de 2018

Robo SAN SEBASTIÁN - 2018

Nuevo 20 de enero, nuevo Robo para la Leyenda.

Si el año pasado no había calificativo posible para la lucha fratricida entre aspirantes a hermanos de San Sebastián, lo de este año, el 2018, queda fuera de toda calificación.
Si bien es normal, como cada año, que el reclamo de esta singular celebración cite en el cruce de las calle Rambla, calle Nueva y calle Cardenal Mendoza a una generosa multitud. Este año ha conformado un manto uniforme de cabecitas que se extendía por mucho, más allá de la plaza de España, para asombro de propios y extraños.

Un poco antes de las 17:00 horas, a falta de pocos minutos para la apertura de los portones de la Iglesia Santa María y San Pedro se podía palpar el nerviosismo en el ambiente, cargado de una emoción perceptible para  cualquiera de los presentes. Pero esta emoción, cuando además de "verse", se "huele" y se "siente", casi se puede distinguir el chisporroteo en los corazones de los aspirantes a Hermanos. Aspirantes que comenzaron buscando las mejores posiciones en derredor a la puerta de la iglesia. Aspirantes que desde la vanguardia, se les distinguen miradas confidentes y gestos que les delatan divagaciones a todos esos repasos mentales de conjuras y tácticas meditadas con antelación.


El día era propicio y las fechas acompañan para una año de fructíferas celebraciones. Sumado a la compañía de una multitud que mostraba gran expectación: las ganas y las expectativas de un robo singular eran muchas. Y las expectativas no defraudaron.

Desde el primer acto, el de la entrega de la Cruz a la muchedumbre, se adivinó lo caro y sufrido que sería el robo de este año. En un abrir y cerrar de ojos la Cruz fue sumergida entre un tejido de manos, carne y hueso que hasta después de 45 minutos de salvaje lucha no volvió a respirar, alta y gloriosa, para proclama y orgullo de los nuevos Hermanos.

Y es que 45 minutos dan para mucho, siendo en este caso mucho dolor, golpes y sufrimiento que se sucedió durante la lucha por el robo. El recorrido que realizó la cuadrilla de personas que aspiraban al robo fue ciertamente kilométrico. Durante los primeros compases la turba se entretuvo  en vaivenes por la plaza de España, a puertas de la iglesia, para como en aquellas corridas de toros en los que el astado migra de un poderoso salto del albero hasta las gradas, para estupor de los asistentes. Pues nuestra voluntariosa cuadrilla realizaba lo propio y, literalmente, saltó por las escaleras y jardineras y comenzó su lento y agónico descenso por la C/ Rambla donde hizo una primera parada en los legendarios Caños. La parada fue breve y continuó cuesta abajo donde, quien sabe si por orden tácita de la Benemérita, detenerse a puertas del cuartel de la Guardia Civil y dar las últimas sacudidas de esta bestial batalla. Finalmente, no se sabe si por extenuación ajena o resistencia propia, pero siempre por mérito particular, consiguieron proclamarse los nuevos Hermanos siendo su abanderado Jesús Molinero Ruiz.

Como apunte me gustaría reseñar la grandísima y desproporcionada afluencia de público que disfrutó en el año 2018 de esta pasional constumbre. No tengo un recuento oficial pero a buen seguro fue de récord.
Para aquellos neófitos en estas lindes os remito a la entrada del año pasado: Robo 2017.


Y como es normal en un blog de fotografía, a continuación algunas fotos de esta tradición que bien se define como 'Sentimiento de un pueblo', elevada este año a la categoría de ¡Épica!

Vítores para espolear a la muchedumbre al grito de Viva San Sebastián!

Ofrecimiento de la Cruz y lamento de los Hermanos viejos
Momento en el que NO hay amigos

Solo alianzas 

Primeros posicionamientos de los aspirantes

Televisión y medios informativos tan atentos como el más devoto

Este año debido a la gran afluencia de gente era realmente difícil aproximarse a la acción

La acción de desplaza de lugar y con ella la atención de los presentes 
Para sorpresa de todos, la lucha marcha calle abajo iniciando una improvisada procesión 


Los hay con una perspectiva ventajosa y a salvo de los empujones y pisotones

Nadie quiere perderse la acción 

La lucha se deja influir por la pendiente de la calle Rambla y su descenso es imparable 

Lo que no evita la dura lucha y las tentativas de asalto a la Cruz

Primera vez que se alza, pero no basta con levantarlo, hay que mantenerlo

Después de 30 minutos de frenética batalla los efectos en los aspirantes se dejan entrever

Consecuencias inevitables del fragor de la batalla

Las fuerzas y los apoyos van flaqueando después de 40 minutos de infierno físico

Finalmente la Cruz se alzaen manos de Jesús Molinero Ruiz 

Todo el mundo se muestra satisfecho y agradecido por una celebración única 

El año 2018 quedará en el recuerdo por la gran afluencia de gente para disfrutar del Robo

2 comentarios:

  1. Gracias Iván por acercarnos con tanto rigor y detalle a la fiesta grande de Caniles a los que no pudimos estar. Los comentarios muy acertados y las fotografías magníficas. Un abrazo

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